Para mucha gente Septiembre es sinónimo de otoño. Y como con la vuelta ciclista vamos pedaleando a su vez hacia nuestro particular Angliru en forma de trabajo, escuela u hogar. En resumen, a nuestras rutinas.
Se acabó el verano, la playa y los gintonics macedónicos, las papas y el pescadito frito. Los shorts cada vez más cortos, los guiris de sonrosadas pieles quemadas, las chanclas para bajar a la calle, el terraceo por las tardes, los festivales musicales, las fiestas del pueblo de tu padre, el tinto, la sangría, esas borracheras monumentales, el finde en Lisboa, el yo tiro a Vietnam, el sol, el el el el el … … …
Hasta que de pronto oh señor mío! Un buen día llega… y chofff, Agosto acabó y a ti solo te quedan los restos de tu piel despellejándose junto con un poquito de arena en el fondo de la mochila, de ese día que bajaste a la playa de Bolonia. Y te recuerdan cuando sacas la mano arenosa, que sí, que existió el verano. Y es que no te has dado ni cuenta y cuando miras por la ventana las hojas amarillean y el fresquito hace aparición. El sol se va acostando antes y con el nosotros.
Aunque para los que vivimos/sufrimos el verano madrileño (clima que imagino Tolkien usó de inspiración para describir los hornos y calderas humeantes del mismísimo Mordor)… supone el descanso!!
Y lo más importante, también se da un dato curioso en Septiembre. Resulta que dicho mes cumplo años!! Tic tac tic tac…
Hago repaso y pienso en como celebrarlo. El día, los amigos, la cena, la música… Y también pienso en los regalos. Y claro, como me pasaba con los reyes magos de pequeña, ya los voy adivinando.
En todos estos años he aceptado presentes de todo tipo. Algunos maravillosos y otros puede que con peores resultados.
Pero se da algo curioso entre los que recibo de mi grupo de amigas. Mi girl gang.
Desde hace unos añitos para acá decidieron regalarme varias cosinas con una temática bastante… ejem… marcada. Enumero: un trofeo (de forma fálica pero cual Oscar hollywoodiense) a la más viciosa, unas esposas peludas, un precioso pero poco práctico sujetador,… y un dado kamasutra!!!
Tengo que decir que este último elemento es bastante raro. Las posturas y los dibujos se confunden. De hecho el número uno no sé si se trata de una representación (muuuuuuy libre) de la maniobra de Heimlich. Otros dicen que parece una postura de pilates,… y así en una eterna lista de opciones a cada cual más loca. Muchas propuestas para los números, pero pocas resultan tentadoras a nivel sexual, he de reconocer.
Continúo. Por mi parte, con el 1 yo sigo confiando sea mi primera opción (m.Heimlich). Aunque no lo veo útil en el sexo, la verdad. Imagínate que sacas el uno y en lugar de un buen empotramiento contra el mobiliario de tu casita de Ikea, tu partenair procede a desatascar tu no atorada garganta y empotrar no vuestros sexos y orificios sino sus brazos contra tu caja torácica. Resultado del juego: una costilla rota y una noche entre las sábanas rasposas de la cama del hospital. Noche de sexo frustrante y frustrado!! Mal. La otra opción que puedes darle entonces es que te atragantes y ya aquí pueda entrar en juego el dichoso dado. Pero lo encuentro un tanto arriesgado si no consigues sacar el fatídico 1 pronto. Eso si, morirás entre las variadas posturas sexuales que hayas sacado. Ni tan mal, oiga! Tieso, morado, con los tobillos pegados a las orejas y una gran sonrisa en la boca.
Pero yo no había venido a hablar sobre el dado y sus perturbadoras imágenes. En verdad, quería contaros que ante este percal de juguetes ¿eróticos? suministrados por mis amigas… la joya de la corona fue un consolador, un dildo, un vibrador.
Supongo que el año anterior al manosear mi trofeo aún envuelto y descubrir el fake… debieron atisbar en mí decepción más que sorpresa y risa por la broma… Y decidieron que en la siguiente ocasión podrían reparar el error y proporcionarme un amante a pilas.
Tengo que decir que es curiosamente muy bonito, no asusta ni es una enorme polla venosa de silicona. No, tiene un bonito color, tamaño medio y yo diría que hasta forma aerodinámica!! Lineas curvadas, suave. Podría ser más bien el falo de un extraterrestre.
-Por favor, Iker Jimenez, ven a mi e investígalo con tu poderosa nave del misterio!! O no, mejor no. Déjalo, ya te llamo yo. Cuando pueda… o no.-
El caso es que allí quedó. Guardadito y sin pilas en un cajón. Lo olvidé sin más.
Así pasaron los meses. Tuve un rollete y un noviete después. Y andaba yo muy feliz con mi holandés errante y mis mudanzas, hasta que entre cajas hizo aparición. Lo cogí mirándolo fijamente, sabiendo que al pobre no le hacía apenas caso! Peeeero, por lo que sea decidí seguir obviándolo y sin más lo volví a depositar por ahí. Lo ignoré y olvidé en algún lugar de mi nuevo hogar.
Ocupada entre muebles por montar, cajas, libros y chatarra… estaba absorta centrada en organizar mi casita. Recuerdo que debía de solucionar esos días los problemas que me estaba dando internet y que no me permitían trabajar. Así que había estado llamando previamente al servicio de atención al cliente. Una. Dos. Treinta infructuosas veces hasta que decidieron ante mis súplicas enviar a un técnico para comprobar el fallo de conexión.
Así que en esas estábamos cuando por fin llegó el técnico. Saludó y sacó un maletín, cacharritos para medir algo,… Y echando un ojo alrededor me preguntó por el router. Obediente se lo señalé.
-Allí mismito, encima del escritorio lo tiene.
Tengo que decir que en ese momento aún no tenía el ordenador ni nada en aquella mesa. Así que allí estaba, blanca, impoluta, nuevecita y lisa aquella superficie. Solo brillaban intermitentes las lucecitas del modem.
Pero no. Esperad. No estaba completamente vacía. Allí en medio de la mesa, como un dedo acusador se encontraba el vibrador maldito. El dildo delator lo hubiese titulado Poe! Mirándonos a los dos, a mi y al técnico sucesivamente como en un partido de tenis. Enfadado por haberse visto siempre abocado al ostracismo. Riéndose de mi.
El caballero a mi vera… sonrojado, sin decir ni mu. Y yo… yo claro, sin mediar palabra lo agarré y lo metí en un cajón con mi mejor cara de bronca y diciéndole con los ojos: luego hablamos, te vas a enterar!!!
…
Ha pasado el tiempo y tengo que reconocer que nuestra relación mejoró (con el dildo, no con el técnico!!! matizo)
Nos gusta acurrucarnos y hacer la cucharita en las noches frías. No discutimos nunca. Es un amante generoso e incansable… Bueno, al menos hasta que Duracel aguante! Y hasta lo meto en el bolso para que me acompañe de compras!!
Emmm no, por supuesto que no!!! Por favor, acaso creéis que estoy loca!? …
No, en verdad, me gusta ir de tiendas sola. 😉

Y si, el problema con el router se solucionó.